Seguro que te suena esa situación en la que durante una reunión de trabajo la conversación deriva hacia algún tema que te suena a chino. O esa otra en la que alguien habla de una nueva metodología que, aunque sí te suena, no tienes muy claro lo que es. O ese momento en la máquina del café en el que tu compañero te habla de lo bien que va una aplicación de la que nunca habías oído hablar. Lo natural es que nuestro entorno laboral evolucione y tengamos que adaptarnos a él de manera prácticamente constante. Como dijo Heráclito hace ya más de dos mil quinientos años “lo único constante es el cambio”. Y esto aplica también a las habilidades laborales.
El upskilling es un término anglosajón que habla de cómo nuestro conocimiento y nuestras habilidades en el trabajo deben evolucionar para que nuestro desempeño no se quede atrás. “Crecer en habilidades” podría ser una traducción más literal del término. Evolucionar profesionalmente para desempeñar mejor nuestro trabajo. Cualquier actividad laboral debe ir siempre acompañada de un desarrollo profesional constante que nos permita estar en el estado del arte de lo nuestro. Imaginad que vais al médico y que os prescribe unas sangrías (no hablo de la bebida sino del tratamiento usado hace unos lustros) o que os propone una intervención sin anestesia. Impensable. Pero claro, son muchos los avances que ha habido en este sector que, si no se hubiesen incorporado al día a día de sus profesionales, hoy seguiríamos viendo normal que uno de cada tres bebés no cumpliera un año o que más de la mitad de los humanos murieran antes de alcanzar la mayoría de edad. La sociedad evoluciona y hay que avanzar con ella. Pues de eso va el upskilling: interiorizar nuevas habilidades, adquirir nuevos conocimientos, desarrollar nuevas aptitudes. Es la manera de que nuestra empleabilidad se mantenga siempre en sus máximos.
Existe otro término similar cuyo significado es, sin embargo, muy diferente. Es el reskilling, y hace referencia a la necesidad de incorporar nuevos conocimientos y habilidades para desempeñar un nuevo trabajo. Redirigir nuestras habilidades. Esta necesidad se antoja lógica en un mundo tan cambiante como el actual, en el que la tecnología revoluciona todo cada muy poco tiempo. Trabajos que hoy tienen sentido, pueden no tenerlo mañana. Y aquellos trabajadores que desempeñaban esos puestos, no tendrán más remedio que buscar nuevas ocupaciones para seguir ganándose la vida. Hoy no vemos serenos por las calles ni acomodadores en los cines. Pero seguro que las personas que ejercieron esas funciones, tuvieron que dar un giro a sus vidas y buscar otro sustento. La adaptabilidad es crítica para garantizar la empleabilidad. De nada sirve resistirse.
Pero este reskilling también puede estar dirigido, no tanto por la necesidad, sino por la búsqueda de una nueva ocupación. Nuestra carrera laboral se inicia muy temprano. Cuando decidimos qué estudiar. Un momento en nuestra vida en el que no siempre tenemos el cuerpo y la mente suficientemente preparados como para acertar en una decisión que, con toda probabilidad, marcará nuestro futuro. En otros casos, formaciones demasiado generalistas o transversales, nos llevan a puestos de trabajo muy dispares, que poco o nada tienen que ver con lo que estudiamos. Y entramos en una dinámica de insatisfacción que nos lastra. Y aquí es donde entra el reskilling. Vale. Me formé como abogado. Pero no quiero ejercer como tal. Quiero reinventarme y, por lo tanto, necesito adquirir unos conocimientos y unas habilidades sociolaborales que me permitan desempeñar una nueva profesión.
Sea cual sea el contexto, el futuro laboral es muy cambiante. La conclusión inmediata es que hay que estar en constante adaptación para no quedarse “colgado a la brocha” el día menos pensado. Bien porque necesitas evolucionar dentro de tu profesión, bien porque decides dar un giro a tu vida laboral, de manera forzada o voluntaria. Pero todo esto, que suena muy bien, no es nada fácil de llevar a cabo. Porque no siempre uno es consciente de esta realidad. O porque, siendo consciente, no es capaz de identificar el camino a seguir. O porque simplemente, todo esto le supera y no encuentra en su empresa a un aliado, sino a un ente que se muestra indiferente o incapaz ante esta realidad.
The Wise Seeker es el socio perfecto para facilitar una parte que es fundamental en este proceso: la medición de la capacidad de una persona para el desempeño de un trabajo concreto. Qué conocimientos debemos tener y cuáles son las habilidades o las aptitudes necesarias para ejercer determinada profesión. Saber si tenemos habilidades comerciales para ejercer como vendedor o si tenemos habilidades de comunicación para ejercer como especialistas en marketing. Conocer si nuestra memoria visual, nuestra inteligencia verbal o nuestra atención dirigida son suficientemente elevadas para gestionar proyectos críticos en nuestra organización. La inteligencia artificial, aplicada a las evaluaciones realizadas por cientos de miles de usuarios, nos permite conocer cuáles son las hard y las soft skills precisas para cada rol laboral. Y así podemos orientar a los evaluados a saber si están cerca o lejos del ideal buscado. Y no sólo a los usuarios, sino también a las empresas que tienen grandes lagunas al respecto y dependen sobremanera de la percepción o el desconocimiento de ciertos mandos intermedios, cuando no de su egoísmo y su mediocridad que las secuestran e impiden su correcta evolución en aras de una mejor competitividad que mejore su cuenta de resultados.
En estos últimos años los dispositivos móviles han acercado la tecnología a casi todas las personas del planeta y facilitan tareas que hace unos años eran impensables. Hoy, cualquiera puede ser evaluado en cualquier sitio y a cualquier hora. Ese “awareness” inmediato que proporciona nuestra plataforma facilita la toma de decisiones sobre desarrollo profesional a través de formaciones específicas (el upskilling) o sobre un posible cambio de orientación profesional hacia alternativas más atractivas a la actual (el reskilling) y que no estén muy lejos de nuestro ámbito de conocimiento o destrezas.